Cuando nos enteremos de la existencia de Boom pensamos que se trataba de una se esas compañías que buscaban ruido mediático, ya que su propuesta era fabricar aviones supersónicos con la idea de hacer que los vuelos sean más cortos, tal y como sucedía con el Concorde. Sólo que en esta ocasión la meta era llegar a velocidades MACH 2.2, cuando el Concorde se quedaba en 2.0.
Con el paso de los meses vimos que Boom crecía y a ella se sumaban inversiones de donde se destaca el apoyo del multimillonario Richard Branson, fundador de Virgin, quien ahora no sólo colabora como inversor, sino también con investigación y desarrollo al otorgar acceso a los laboratorios de Virgin Galactic. Como parte de esta colaboración, hoy Branson y Boom han dado conocer el primer prototipo de este avión supersónico, el cual veremos volar a finales de 2017.
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